Me regalas una que otra
inquieta mirada,
una que otra
sencilla palabra.
Yo envuelvo tu sonrisa
como hilo
y lo ato a un alto
estandarte, en tu cabello
en mi cabello,
y me refiero a tus ojos, como dos almendras,
como hojas de paz,
porque pienso
en tus labios, como pétalos
de una rosa.
Caminemos, oigamos susurros susurrar
deja el suelo bese tus pies
y en un charco pisa el cielo,
antes que se derrita
como en la lluvia se derrite Dios
y abrígate, hace frío
que no te vengan las agonías
a reclamar,
venga te prometo yo cuidar.
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