Camino, horas y horas
paso a paso, como el mar,
recorro en cada cuadra
tus besos, su número impar.
Y pienso también,
cuando paso por tu pasaje,
en el tonto objeto de mi viaje
en busca de tu pálida piel.
Miro, busco y rasgo
en cada puerta, en cada portón,
paso a paso como vago,
y ni un respiro de tu corazón.
No vuelvas a mirarme
no quiero escuchar tu mirar,
ya ocupaste mucho de mi aire,
y te bañaste con de mis lágrimas el mar.