miércoles, 12 de agosto de 2015

Casi un poema sobre mi, casi un poema para ti

De bruces contra el sueño,
como si sufrir significará evocar tu frígida imagen una y otra y otra vez...
no suficiente con el cielo,
que de cielo tiene lo que tus besos...
llego a acariciar la esperanza de encontrarte en todo paradero,
de este inmundo Santiago,
que es ceniza sin ti.

Estoy seguro que si buscará amor,
donde sea que lo definan,
no sería para nada esto que siento por ti ahora...
por que no te amo,
amarte es nada, y tú te has vuelto todo.

Por la cresta...
que triste me ha pillado tu recuerdo esta vez,
de espaldas escudriñando anhelos tras la ventana,
el viento frío de tu ausencia
ha congelado mi alma, amor, mi alma.

Pero, sólo es un triste momento
en la desventurada agonía de tu abandono,
pasan años, meses, días...
a veces te extraño, me extraño
y hasta lloro,
pero llorar no es nada
e insisto, tu te has vuelto todo.

sábado, 1 de agosto de 2015

Depresión contextual

Subió 17 escalones, su casa estaba bastante desordenada e impregnada de un olor a atún, pues había estado comiendo atún desde hace dos semanas. Estaba bastante deprimido; para empezar, se había esperanzado en el amor, el amor que su amiga le brindaba y que por soledad él había acogido con toda su alma. Sin embargo no era más que el amor de una amiga, quien ignoraba por completo los demonios que a él atormentaban día y noche. Era el amor de una amiga que solo disfrutaba de su sonrisa y aquel joven se había enamorado de todo eso que representaba. Ella también se había enamorado, pero no de él, lo quería eso sí, o al menos eso le decía. Siguiendo con su desgracia, el abandono de su familia no era para menos, aunque no fuera un abandono como tal, pero él así lo sentía. Y es menester agregar la pérdida de su querida perrita Molly, una poodle bastante juguetona que fue aplastada por dos grandes ruedas de una camioneta, la cual aceleró y se desvaneció entre gritos y dolor.

Estaba devastado.

Entró en su habitación, pensando en su amiga, en sus tiernos ojos y como iluminaban cuando reflejaban el sol; llevo un cigarro a su boca, lo encendió y empezó a recordar las primeras veces que fumó, cuando estaba lleno de personas que eran como amigos, y bueno, hace 3 días que no hablaba con nadie. Es triste, pues cuando uno está deprimido tiende a encerrarse en una hermética soledad de la cual a veces nadie da cuenta, todos ignoran lo destruido que uno esta.

Cogió el revolver que compró en Internet, se miró al espejo, colocó la boca del cañón en su sien y con violencia le reclamó a su reflejo: " 24 años desperdiciados, te di mi vida y mira lo que haz echo", su reflejo se vio obligado a imitar lo que aquel joven hacía y con miedo colocó la boca del cañón en su sien y excusó: "es solo un mal momento, las cosas mejorarán, te lo prometo".

Respiró hondo y bajo el arma, un diamante asomó en su mirada y exclamó decepcionado: "debe estar con él, muy feliz"; su reflejo, ya más calmado bajó el arma también y trato de consolarlo: "ya llegará alguien y nos hará muy feliz". Su mirada se volvió impasible e iracunda: "no quiero a nadie más!", acariciando el revólver y algo tembloroso su reflejo le recordó que se acercaba el cumpleaños de su hermano y varias lágrimas besaron sus trémulas manos frías.

Sonó el teléfono y cierta emoción invadió su cuerpo, se apresuró a cogerlo y sintió ansias cuando vio que era un número desconocido, apagó el cigarro y contestó. Su semblante se destruyó cuando la señorita que estaba al otro lado del teléfono, que por cierto no era más que una grabación, le ofreció sus servicios de telefonía ilimitada.

Se sentó en la cama, bajo el gatillo, cerró los ojos: Un lindo recuerdo familiar de cuando fueron a la playa por última vez todos juntos hace dos años; su perrita Molly mordiéndole los dedos; la larga Alameda tomado de la mano de su amiga y su linda sonrisa. 


Disparó, y el carmesí ensombreció todo el lugar, lo último que vio fue el rostro de su amada abuelita, una cajita de leche de frutilla y se arrepintió tanto, ella estaba enferma y él no la había visitado.