miércoles, 13 de abril de 2016

Primer eslabón

Vago, mis inquietudes son quimeras,
nadan en el espacio-tiempo de mis esperanzas futuras
y son dudas, que estrangulan en mi pecho 
haciendo el techo de estrellas fugaces y extintas,
las lágrimas pintan gélidas improntas que mueren en mis pómulos
ásperos de frío, viento y amargura.
 
El precipicio se hace afable y esboza mi sombra en su lienzo,
escarlata la sangre hierve aunque me siento como un témpano
soy yo mismo el abismo al cual saltó en un inconsciente acto de heroísmo,
pero en vano si lo pienso
pues me hallo inmerso en la inconsistencia de mi existencia,
cual eufemismo, si muerto he vuelto 
la vida irradia de sinsentido.

Vago, miro arriba buscando un Dios que me abrace en su yugo,
pero me siento miserablemente libre
encadenado a todo lo mundano que existe, 
sin poder ser más que lo que se supone que debo ser,
y con mucha pena,
como un arrebolado atardecer.

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