domingo, 28 de abril de 2013

Alucino

 Caducan en mi almohada mil respiraciones
ahogadas en diamantes.
Recrean mis manos sus manos tomadas
y aprietan tanto, la soledad en mis brazos
dando abrazos,
parecen balazos en el pecho.

Camino en su camino, y cuando la veo
finjo no verla para no detenerme y llorarle,
sonrío tratando de esquivar su mirada, o
su no mirada, la sangre no coagula, la sangre
brota tan purpúrea, de ojos lleno de sangre
y corren mil diamantes más.

Partituras rompen silencios,
aprendí diciendo adiós, pero, solo la teoría
y es tan distinto a lo que predecía
un susurro como el viento llevará mi guerra
a sus sueños, y también ignoraré eso
aprendí a ignorar mal eso,
porque lloro?
porque lloras cielo, nube y alma
deje de tocarte, y besarte mi pretérito imperfecto
tan perfecto...
como dragones tus palabras, tus acciones
y solo te miro, finjo que no miro, pero igual te miro.

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