Claro, sí lo único que desea es que me integre a este maldito sistema educacional superior, rindiendo una prueba reconocida por su falta de exactitud del conocimiento de aquel que la rinde. No basta con solo dar una prueba para que una maquina me califique para “lograr ser alguien”, yo ya soy alguien; soy una persona que no quiere vivir agobiada por el dinero; quiere vivir de la vida, de las enseñanzas, puede que algunos meses no tenga con que pagar deudas, pero, ¿y qué? preferiría hacer artes en las calles que rendir cuentas a un jefe que con suerte sabrá mi nombre, que llenará sus bolsillos a costa de mi trabajo de ocho eternas horas diarias. La vida es tan corta, que no quiero desperdiciarla en un trabajo indigno que no me llenará como persona. Sí muriese en algún momento -cosa incierta que sé que me ocurrirá- me gustaría decir plenamente que he triunfado como persona sin necesidad de quitar el trabajo con la competitividad empleada por el sistema económico que domina hoy en día.